1.- Estimado Gorki: doy por sentado que cuando JAM habla de “lenguas africanas” no se refiere al lugar de residencia de sus hablantes sino al de origen de las propias lenguas; en el mismo sentido que cuando decimos “lenguas americanas” (por mal nombre “amerindias”) nos referimos a los idiomas autóctonos del continente americano y excluimos implícitamente las importadas de las antiguas metrópolis, aunque sean hoy las más habladas por los americanos. Sentado este punto de partida, sólo puedo convenir en que los términos de origen marroquí pertenezcan a una lengua africana si se trata de vocablos tomados del beréber o de dialectalismos estrictamente magrebíes; pues si pertenecen al tronco árabe o derivan del mismo no serían ejemplos de una lengua africana, sino de una lengua semítica. En lo de los guanches, en cambio, llevas razón, siempre que geográfica, genética e históricamente admitamos que los habitantes autóctonos de Canarias podían ser calificados como africanos, cuestión que ignoro. 2.- Sobre la variabilidad de la etimología: el DRAE señala que “lancha” viene del portugués “lancha”, y este del malayo “lánçar”, rapido ágil. Sin embargo, mi diccionario portugués en línea dice que “lancha” viene del italiano “lancia”, que significa tanto “lanza” como “lancha”. Y a su vez, los diccionarios italianos que he consultado dan como etimología de “lancia”, en su sentido náutico, bien una derivación del sentido de “lanza”, por referencia a la forma y velocidad de la embarcación, bien el término ilirio (idioma precursor del albanés) “laja”, que significa “barca”. …Doctores tendrá la Iglesia.
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